Pantallas LED Kinect, experiencias inmersivas, infinity rooms y sonidos elvolventes conquistaron al público.

Bandas como Blink 182, Phoenix o Limp Bizkit pasaron por el Hipódromo de San Isidro para tocar en la ultima edición del Lollapalooza. La tecnología fue otra de las gran protagonistas del icónico festival al que las personas se acercaron a escuchar a sus artistas favoritos, y sobre todo, en búsqueda de experiencias sorprendentes.

Una de las propuestas más destacadas fue la de Fernet Branca, que tras consagrarse el año pasado por presentar la primera pantalla 4D de Argentina, convirtió a su espacio en el único capaz de vibrar al ritmo de la música que sonaba gracias a una pantalla con movimiento LED Kinect.

Las pantallas LED Kinect fueron la puerta de entrada a una experiencia inversiva que invitaba a sumergirse en el universo de Branca.

Bajo la premisa de “desafiar los límites de la innovación”, el vanguardista stand contó con la única pantalla 3D con movimiento robótico del país acompañada de sensores que captaban el sonido en vivo. Tenía 96 módulos que se movían sincronizados con la imagen y daban vida a animaciones audiorítmicas alucinantes.

Santiago Talledo pasó por el espacio para disfrutar de los shows.

"Buscamos constantemente crear experiencias únicas y memorables para nuestros consumidores para que puedan vibrar al ritmo de la música."

Ines Saccone, Brand Manger de Fratelli Branca.

Esto generó grandes expectativas en el público que se acercó al espacio con un solo objetivo: conocer qué estaba pasando adentro.

Marti Benza aprovechó la vista privilegiada que ofrecía el espacio.

Las pantallas fueron la puerta de entrada al universo Branca. Un viaje de tres estaciones sumergió a los visitantes en la historia de la bebida con proyecciones y sonidos envolventes en el techo, las paredes y el piso.

El spot de diseño sumamente vanguardista fue uno de los más originales del festival.

Este mix de propuestas dejó mas que en evidencia que la compañía sigue fiel al propósito de “Innovar conservando”, expresión que eligió su fundador, Bernardino Branca, como síntesis de lo que significa estar abierto a las oportunidades que da el progreso tecnológico y al mismo tiempo, preservar los valores de la tradición.

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